YA ES HORA DE REPENSAR EL MOVIMIENTO ABIERTO Y LIBRE

Raíces

Los últimos meses de 2019 fueron de mucha discusión dentro de los movimientos abiertos (que incluyen principalmente software y datos, pero no exclusivamente) y libres – especialmente el software libre y la cultura libre. En las últimas semanas, un texto publicado en Medium “A bee with a blog”, distribuido en una lista de correo causó cierto furor.


El escrito al que se hace referencia (y traducido más abajo) surge luego de las revelaciones vinculadas al inversionista pedófilo Jeffrey Epstein, y la ética que involucra a gran parte del mundo de la tecnología de la Costa Este de los Estados Unidos, con el MIT como referencia central. Asimismo, con las reacciones de referentes del mundo del software libre y la cultura libre, defendiendo, justificando y minimizando estos hechos.

En este punto, la nota original de \baixacultura hace una breve reseña (que pueden consultar en la nota original en portugués), bajo el subtítulo: “El efecto Epstein para Stallman y Lessig”.

El siguiente apartado es una respuesta que se ensaya al texto de referencia.


¿SERÍA EL MOMENTO DE “CANCELAR” EL MOVIMIENTO ABIERTO Y LIBRE?

La reciente actitud de Richard Stallman y Lawrence Lessig, hizo surgir el texto del que hablamos inicialmente, “Open is Cancelled”. Allí se critica la postura de figuras ligadas a los movimientos abiertos / open, personas “tóxicas”, según el texto, con comportamientos atroces que “no deben entenderse como defectos puntuales de hombres concretos, sino como un reflejo de defectos más profundos de la filosofía subyacente a lo abierto”. A continuación, señala que “necesitamos más que software” y que es hora de repensar estas ideas con un enfoque no sólo en la libertad (de información), sino también en la justicia social.

Intervención artística en Casa 13

El texto hace una crítica que ignora ciertas actitudes de algunos grupos vinculados a lo libre y abierto, en favor de una mayor justicia social. Tal es el caso de la comunidad KDE en Brasil, que ha adoptado un estricto código de conducta contra cualquier tipo de discriminación; o la reciente acción de la comunidad de Phyton, que abolió los términos “amo/esclavo” de su lenguaje de programación; o incluso de iniciativas a favor de la igualdad de género y raza que han ocurrido en Brasil y en el mundo, como AfroPhyton, PyLadies, entre otras iniciativas ciberfeministas que ya hemos enumerado aquí – que, por cierto, ya parecen tener los preceptos de justicia social, equidad e igualdad, tanto o más importantes, que de lo abierto y el acceso a la información. “Existe la impresión de que nada ha funcionado y sólo este texto tenía la claridad para ver y proponer algo nuevo”, como señaló Fred Guimarães, miembro de la comunidad KDE y de la Red de Productoras Colaborativas. Fabianne Balvedi, directora de la película libre “Olhar Contestado” e investigadora de medios libres, también miembro de la Red, señala que “es como tirar agua sucia en la bañera donde alguien se está bañando, una ofensa a las personas del movimiento que tratan de mantenerlo ético”.

Además de las críticas anteriores, con las que estamos de acuerdo, y también de la mezcla de entendimiento entre lo libre y lo abierto, movimientos que comparten algunos principios pero que presentan muchas diferencias, el texto trae buenas preguntas para repensar estas dos áreas. Decidimos traducir algunas partes aquí abajo para proponer el debate en torno a un punto central: ¿no serían la libertad de información y la apertura del código principios “neutrales”? Al no prestar la debida atención a quién se está abriendo, cómo y para quién, ¿no estaría la oposición abierta / cerrada “chupando el oxígeno” de la discusión sobre justicia social y equidad en la web y ayudando a perpetuar los prejuicios raciales, de género y de orientación sexual en el mundo de la tecnología digital, como señala la autora?


Open is Cancelled

Los líderes [del movimiento de código abierto] demostraron estar moralmente en bancarrota. La comunidad es tóxica. Los derechos de autor y las licencias de software han fracasado en el control de los malos actores y en el apoyo a los creadores marginados. La teoría subyacente es defectuosa y superficial. Es hora de avanzar y crear una nueva ola de herramientas de gestión ética de la comunidad para aquellos que producen código y contenido.

Esta no es la primera evaluación seria de la comunidad abierta, pero debemos asegurarnos de que sea la última.

Es hora de construir un nuevo movimiento, que sea adecuado para una era de fascismo creciente y de justicia climática. Un movimiento que se centre en los creadores y usuarios [que han sido] marginados [hasta ahora]. Un movimiento basado en una teoría de cambio, que no es ni infantil ni ingenuo en su énfasis en los documentos legales formales. Un movimiento que se centre en el desmantelamiento de las estructuras de poder y en la construcción de solidaridad entre grupos diversos.

Necesitamos crear lo que Sarah Mei llama “software orientado a la justicia”. Pero necesitamos algo más que software. Necesitamos datos “orientados a la justicia”, educación “orientada a la justicia”, ciencia “orientada a la justicia”, gobierno “orientado a la justicia” y acceso a la literatura académica “orientado a la justicia”.

Quiero ver toda una Internet “orientada a la justicia”. Porque la realidad es que a menos que los sistemas, tecnológicos y sociales, se construyan con las necesidades de los grupos oprimidos en primer plano, de otra manera, todo lo que hagamos sólo serviría para reforzar las desigualdades existentes.

Redes de pares

Y sí, la justicia es un concepto resbaladizo, cuyo significado depende del contexto y [puede fácilmente] ser desafiado – así como “abierto”. Está bien. Necesitamos tener estas conversaciones sobre lo que significa la justicia [y la equidad]. Estas conversaciones son una parte esencial [de la construcción de un] discurso cívico [de internet] vibrante, [un discurso] que ha sido suprimido por el encuadre de “abierto” versus “cerrado” en la conversación sobre la justicia en el mundo digital.

El movimiento abierto tal como existe hoy en día no ha logrado crear un mundo mejor. Peor que eso: está haciendo más difícil para el resto de nosotros construir ese mundo. Los fracasos del movimiento abierto no son sólo de sus hombres o de sus líderes. Son más profundos: parten del núcleo de la ideología que está detrás del movimiento. El movimiento ha absorbido el oxígeno de la habitación durante mucho tiempo.

El movimiento abierto fracasó cuando centró más el debate en la libertad que en la justicia. Fracasó cuando puso los principios abstractos por encima de las vidas humanas reales. Volvió a fracasar cuando la misoginia, el racismo y el colonialismo no fueron controlados ni cuestionados. Cuando el movimiento no comprendió las estructuras de la opresión y decidió enfatizar las soluciones individuales a los desafíos colectivos, fracasó. Fracasó varias veces cuando eligió privilegiar un racionalismo bizarro y fetichista sobre las experiencias vividas de los seres humanos de carne y hueso.

El comportamiento y las palabras atroces de hombres como Lessig, Joi y Stallman no deben entenderse como los defectos puntuales de hombres específicos, sino como un reflejo de los defectos más profundos de la filosofía subyacente detrás de lo “open”. Abierto como lo entendemos, viene de “La sociedad abierta y sus enemigos” de Karl Popper, quien se define abierto dentro de una estructura colonialista y masculina.

Profundamente arraigada en los mitos del progreso, el primitivismo y con una arrogancia epistemológica impresionante, la visión de Popper de la sociedad abierta presenta una jaula de hierro de dualismos que han dado forma a las conversaciones sobre la tecnología durante tanto tiempo que las barras se han convertido en un elemento invisible.

Jornadas de Género y Software Libre

Nuestro compromiso con la apertura ha bloqueado nuestra imaginación. Mientras el problema se defina como uno de “cierres”, los proyectos abiertos serán ciegos a otras políticas, a otras formas de conocer y entender cómo nos organizamos, compartimos el poder e imaginamos nuestro futuro compartido. La definición de “abierto” y “cerrado” nos deja sin las herramientas para enfrentarnos al extremismo violento, la radicalización en línea, la creciente desigualdad y la catástrofe ecológica.

El potencial liberador de Internet – el potencial para la organización de la comunidad y la construcción de la solidaridad horizontal – sólo puede realizarse cuando nos liberamos del pensamiento dualista y abrazamos el complejo mundo moral en el que vivimos. Sin embargo, más que eso, ahora estamos trabajando en una escala de tiempo compartida, dictada por nuestras todavía crecientes emisiones de carbono. Así como no podemos enfrentar y eliminar la misoginia de nuestros espacios sin un nuevo pensamiento, también necesitamos un nuevo pensamiento para descarbonizar y gestionar una transición justa.

Una vez que el movimiento abierto pueda liberarse de los dualismos obligatorios, podremos aprender a pensar de forma creativa y flexible. El tipo de pensamiento que necesitamos ahora reconoce y respeta la sabiduría y las formas de conocimiento indígenas. Entiende que una amplia variedad de herramientas analíticas y tradiciones epistemológicas tienen valor. En lugar de basarse en un racionalismo estrecho y severo, este nuevo pensamiento abarcará la complejidad corporizada de las experiencias humanas vividas.

El privilegio extremo de un tipo específico de racionalismo ha dominado el movimiento abierto y su discurso durante tanto tiempo que otras formas de conocimiento han desaparecido prácticamente de nuestro discurso. El tipo de pensamiento que necesitamos ahora reconoce y valora lo emocional como un aspecto importante de cómo entendemos y conocemos el mundo.

Al liberarnos de la estructura binaria de pensamiento abierto/cerrado y dualista, creamos el potencial para comunidades donde la misoginia, el racismo y el colonialismo pueden ser nombrados y desafiados. Creamos el potencial para construir nuevos tipos de solidaridad y nuevas formas de relaciones sociales, con la mediación de Internet pero enraizados en la bondad, la compasión y el respeto mutuo.

Soy libre